jueves, 17 de octubre de 2013

Con sabor a demonio

Cuando la ignorancia es mas oscura que la noche.... Cuando la oscuridad es mas brillante que el  mediodía







CON SABOR A DEMONIO

(Cuando no sabes lo que significa la noche)

Acuéstate conmigo, mi pequeño servidor de Dios, arráncame la piel, el sudor y las lágrimas. Yace en mi lecho y haz todo lo que siempre has querido. ¡Vamos! Así, fuerte, salvaje y tupido. Y tu vida ya no volverá a ser la misma.

Moisés despierta sobresaltado: —Vaya pesadilla que tuve— Limpia los restos de su sueño y se prepara para comenzar sus labores diarias…

Es medianoche, la luna llena regala un paisaje digno de admirar. En las cercanías del bosque se encuentran unas cabañas donde la música metal se escucha a todo volumen… Un grupo de personas baila y canta alrededor de una fogata, otros simplemente platican.

¿Por qué todos visten de negro? — casi grita Moisés a Julia, deteniendo un poco los movimientos que la estruendosa música le pide.
Porque es lo que nos gusta, es nuestra cultura y así nos identificamos, además de que una manera de expresarnos.
¿Pero en contra de quién están?
De nadie.
Está nervioso, mira para todos lados y se sobresalta al ver lo que unas personas hacen… ve un líquido rojo saliendo de los labios de un chico que a su parecer es demasiado raro, vestido de negro, con tatuajes y aretes en varias partes de su cuerpo, pero, por si fuera poco, está maquillado de una manera extraña.
¿Por qué están vestidos así, parecen cosa del demonio?
Ya te he dicho que somos góticos, que nos gusta la oscuridad pero que definitivamente no somos lo que dices.
¿Y la sangre? ¿Por qué hacen eso? — Pregunta muy sorprendido al ver… lo que algunos jóvenes hacen.
¿Quién te dijo que es sangre?
Lo parece… y como hacen todo de una manera tan extraña…
Las apariencias engañan— dice con indiferencia la muchacha.
Pero… Esto es malo… Es cosa del diablo.
¡Mira! — le dice molesta—. Ya te he dicho muchas veces que nosotros respetamos la diversidad de creencias. No practicamos nada ni de Dios ni del Diablo. Si no te gusta lo que ves, puedes irte, desde el principio fui honesta contigo… Por si no lo sabes me gusta la oscuridad y su misterio, y eso nada ni nadie lo cambiara .No pretendo caerte bien ni a ti ni a nadie…

El muchacho toma su comentario como un insulto. Ve a su acompañante entre sorprendida y molesta ¡No puede creer! No entiende cómo alguien que siempre viste de negro puede no ser mala.
Juro que ya no la veré— grita mientras se va a su escuela.

Furioso casi corre; la ansiedad y la desesperación lo hacen decir más improperios de los que nunca había dicho… camina dando traspiés y pateando lo que se encuentra a su paso… al llegar por fin al seminario trata de meterse de incógnito al igual que como salió. Pero la mala suerte parece que está de su lado… al ingresar (coma) no puede evitar hacer más ruido de la cuenta, por lo que lo descubre uno de sus superiores.

Sin importar que sea de madrugada, lo lleva a la dirección y ahí mismo, después de una severa reprimenda lo castiga mandándole a hacer el aseo durante todo un mes.

El joven de cabello oscuro y tez morena no le queda otra más que aceptar… La penetrante mirada de su profesor lo intimida, pero no le hace bajar la cabeza. A la mañana siguiente le espera la reprensión frente a todo el colegio ¿ya sabes, no?
No puede ser que solo por una noche me regañen así— dice) cerrando sus enormes ojos color azabache.

Ese día termina exhausto, por fin puede ir a su cuarto. Después de una ducha de agua caliente se mira al espejo, contempla sus labios gruesos pero apetecibles, y esa cara de niño inocente que lo hizo ser deseado más de una vez…
¡Con cuántas mujeres pude haberme acostado! Pero preso de la presión que mis padres y su religión que ejercían sobre mí, nunca pasó más que de un coqueteo ocasional.

Mira su cuerpo en el espejo, ni gordo ni delgado. Simplemente un muchacho normal:
¡Ah la religión! Mi vocación ¡Julia! ¡Julia! ¿Qué me estás haciendo?— se pregunta apretando sus manos y encerrando en ellas un crucifijo que traía consigo.

Pasan los días y se da cuenta que su vida en el seminario comienza a parecer un infierno, ya no se entretiene como antes y las clases ya le son más aburridas. Pasan los días y descubre que no le es tan fácil olvidarla. Su manera de ser, su carácter y su inusual personalidad. Lo tiene cautivado ¿Enamorado? ¿Solo deseo? ¿O un capricho por un mundo nuevo?
Moisés ya casi cumplirá 22 años, viene de una familia tradicionalista religiosa. Desde que era muy pequeño le metieron la idea de convertirse en Sacerdote. Es por ello que en cuanto pudo se metió a estudiar al seminario… Antes lo único que quería era “Servir a Dios de la manera más correcta” pero…

Por casualidades del destino, hace un par de meses conoció a Julia Ramos, una muchacha muy diferente a él, tiene 25 años de edad, es además de extraña, un tanto tosca en sus palabras: “A veces parece como que le gusta caerle mal a todo el mundo”. Siempre le gusta vestir de negro y no porque esté de luto, sino porque simplemente “Es su inspiración”, como ella misma dice.

Desde que se platicaron por primera vez, ella lo invitó a su “excepcional mundo”, aunque tiene muchos amigos es alguien que disfruta en demasía de la soledad.
No alcanza a comprender por qué ella le parece tan fascinante. Además, se supone que por su religión debería de ser célibe ¡Así lo marcan las reglas! Es cierto que en más de una ocasión se ha masturbado y que sus pensamientos impuros se han ido detrás de su gran y misteriosa nueva amiga…

¿Qué si se ha masturbado? ¡Claro que sí! Y aunque le dé vergüenza reconoce que lo hace casi a diario, aunque su libido lo vence esporádicamente, haciéndolo decaer a sus instintos hasta dos veces al día….

Pero ¿cómo olvidar la ocasión donde aplicó más intensidad?: Fue en su habitación, delante del mayor símbolo de su Dios:

Sus deseos agotaron sus energías mientras friccionaba con fuerza su miembro erecto; en su imaginación era Julia quien lo tocaba y hacía con ella todo tipo de juegos y maniobras. Las palabras oscuras y sucias lo taladran, en ese momento no había nada más que un hombre que jugaba de la manera más sucia y salvaje posible

¡Oh Dios mío! — Exclama con fuerza el seminarista— Cae de rodillas a la par que su miembro suelta toda su vitalidad ¡Su orgasmo lo hace casi gritar!

Pero al día siguiente el deseo sexual del joven parece que va en aumento, mientras se baña comienza otra vez con sus juegos sexuales. Imagina a Julia desnuda…
Ya no quiero masturbarme, no creo esté bien hacerlo a diario

Pero su mente parece que no está de acuerdo. Es la que no se encuentra en paz… Después de terminar su baño, considera que una caminata por el arroyo lo calmará… Hace ya unos días que ha terminado su castigo, no duda en salir, se interna en el bosque un par de horas hasta que, sin darse cuenta está caminado cerca de donde vio a Julia por última vez.

De pronto se queda pasmado al escuchar las risas de la mujer de sus deseos… Su calma recién adquirida se le va en ese momento… Quiere oír a esa mujer. Se acerca sigilosamente y mira a través de unos arbustos, para su mayor sorpresa ella está desnuda.
Dios mío— susurra, pero no deja de mirarla, la ve recostada sobre una roca tomando el sol mientras su cuerpo es acariciado por el aire...
Parece que duerme— murmura,

Moisés esta incrédulo ante lo que ve. Esa imagen comienza a despertar sus emociones. Sabe que observarla de esa manera no está bien visto por su religión, hace un intento de irse pero no lo hace, sus ojos se quedan fijos en esa mujer de piel apiñonada, cabello oscuro y senos medianos…. Su atención se le va en sus piernas tan delineadas y apetecibles para él…. Pero observar su parte intima. ¡OH su vagina!

Definitivamente la erección ya no la soporta. Contempla de nuevo su cara, aunque tenga los ojos cerrados se le pueden ver esas facciones de mujer atrevida y fatal.
Si está inconsciente, no creo que se dé cuenta si me acerco
Camina sigilosamente hasta la piedra donde se encuentra ella, en su mente ya está acariciándola y succionando uno de sus pezones…

Ya solo lo separa un metro de su objetivo. Sus deseos son grandes, ¡quisiera tocarla y fundirse con ella en uno solo! Siente que su mente se le nubla. En ese momento no hay nada más para él.
Moisés, acércate— Se para en seco ¡Julia no duerme como él pensaba!
La chica se vuelve hacia él y mira su cuerpo a la vez que ríe con fuerza — ¡Cielos mírate! La excitación no puede contigo.
Yo… no es lo que piensas— La timidez vuelve otra vez a él.
Ven no tengas miedo, te prometo no morder. Al menos no mucho— Dice con picardía mientras se irgue— Sé que llevas rato mirándome.
Yo lo siento… yo… te estoy faltando al respeto— se retira un poco.
Yo no creo que admirar a una mujer como lo haces tú sea una falta de respeto— Sigue con voz insinuante—.Para mí, amar es un deleite supremo. Me gustas y está claro que yo te atraigo.

El religioso está sin habla, las reglas sobre el celibato son muy rígidas. Aunque… se ¿rumorea? que más de uno de los miembros de esta gran religión ha quebrantado.

Decide hacerle caso a sus deseos, además Julia le hace gestos que no puede evitar ignorar. Se acerca y acaricia su cara para después darle un gran beso. El primero que da en su vida… Pero evidentemente ella no es primeriza en esas artes, su lengua juguetea con la de él, las manos de ella tocan descaradamente al aprendiz de sacerdote… los instintos quieren salir. La timidez del muchacho que siempre luchó por hacer todo bien, poco a poco va desapareciendo para ceder a un hombre loco de deseo…

Por fin la ropa desaparece y mientras las manos de ella juguetean enérgicas con el cuerpo virgen del hombre. Él cede a los instintos animales…. La furia y la pasión aparecen. Esa piedra en la que al principio descansaba la mujer se convierte en la primera vez de él. Los fluidos de ambos bañan la roca y sus cuerpos.

Por fin se retira Moisés. Está muy extasiado. Se recuesta sobre la inmensa roca y dice:
¡Fue excelente!
Me alegro que te haya gustado— dice ella con una sonrisa de satisfacción ya que claramente se dio cuenta de la ingenuidad sexual de su amante.
¿A ti te gustó?
No estuvo tan mal— le dice mientras acaricia su entrepierna—.Pero podemos mejorar—.Lo besa otra vez mientras los cuerpos desnudos terminan en el arroyo para continuar amándose… una vez… dos veces…

Pasada un par de horas, el chico se dirige otra vez “a su prisión de Dios”, como le llamó a su escuela. Cuando entra sin problemas ya que aún es hora, uno de sus maestros nota el brillo de su mirada.
¿Dónde estabas?
Eh, yo... Salí a pasear un rato y me perdí en el bosque

El sacerdote lo mira molesto, sin decir nada más. Se retira mientras que Moisés se queda en sus propios pensamientos ¡Antes virgen y de pronto hoy lo hizo varias veces con una experimentada mujer! Tiene que hacerlo definitivamente otra vez.

Ese día tiene que dedicarse a sus labores eclesiásticas…. Lo hace a duras penas pues en su mente esta solo su apasionado encuentro con la tan singular chica.

A la noche siguiente, sale otra vez a escondidas de “su mazmorra de fe, va a buscar a la muchacha a su cabaña, pero ve que por un lado hay una hoguera con alrededor unas veinte personas. Se acerca lleno de curiosidad y ve que todos son jóvenes se ve que se divierten; están escuchando música gótica. Los ve felices,

Uno de los jóvenes lo ve y se sorprende, los demás también se dan cuenta y lo miran de la misma forma, pero él dice:
Yo… solo pasaba por aquí, pero tal vez sea mejor irme.
Hola Moisés, qué gusto me da verte— dice Julia mientras va y lo besa en los labios ante la mirada sorpresiva de algunas personas—.Tranquilo Moy, la pasará bien.
Todos comienzan a reír y siguen de nuevo con la fiesta. El recién llegado se les une y al poco comienza a beber alcohol junto con todo el grupo… Está tan feliz en la fiesta que rompió su propia regla de abstinencia alcohólica.

Los dos ya se besan, ya se coquetean. Algunos de los del grupo los miran divertidos, pero a la mayoría de ellos les pasa inadvertido ese hecho… Cuando llega la medianoche, los muchachos se retiran un poco y comienzan de nuevo con caricias y toqueteos muy subidos de tono para terminar, ahora sí, con sexo salvaje.
Esto deberíamos hacerlo más a menudo.
Eso depende— Y siguen con sus caricias desenfrenadas.

La vida del joven seminarista ha dado un giro sorprendente, de estar enfocado a sus estudios ahora su interés se centra en verse con “su fruto prohibido”, como él la llama. Lo que al principio era solo por sexo apasionado, ahora se centra en conocer su mundo, con ella ha hecho cosas que nunca creyó que haría.

Una noche, Julia le dice que no lo podría ver al día siguiente pues tendrá que salir.
¿A dónde iras?
A un lugar que no puedo decirte, tengo algunas cosas por hacer.
El seminarista se sorprende: — ¿Por qué me hablas así de fría?
Lo siento, hay cosas que no puedo decirte.
Creí que tú y yo éramos algo.
¿Crees que somos “algo” solo porque tenemos sexo? Apoco me crees tonta, no dejaré que te metas demasiado en mi vida. Yo sé que tú algún día serás sacerdote y entonces entre ambos no habrá nada.

La pasión lo domina, la toma por los hombros: —Pero eso lo podemos arreglar hablando.
Lo siento, de todas formas debo irme, regreso en una semana.
¿Por qué?
Ya te dije que hay cosas que no puedo decirte.

Moisés se desespera, ella no lo puede tratar con esa frialdad, no ahora. La toma del brazo y le pregunta con voz enérgica— ¿A dónde iras?

Ella se suelta y parece que lo mira con odio: —No me trates de esa manera ¡Que no soy ningún objeto!
Pero es que no comprendo nada.
Por si no te has dado cuenta hay cosas que hago fuera de tu religión, que las que tú mirarás de muy mala manera.
No creo que seas asesina.
Claro que no, pero lo que yo haga con mi vida no te importa. Recuerda que tú y yo no somos nada. Solo es sexo y ya… Además… No eres el único que comparte mi cama.
¡Eres una…!
¡No te atrevas a faltarme al respeto! — Levanta la mano dispuesta a darle una cachetada— Nunca te he dado pie a que creas que hay algo formal entre nosotros.

Los dos se retiran, uno está lleno de coraje, mientras que la otra lo mira con desprecio.

Moisés no se quedara con los brazos cruzados, si ella se la pasa burlándose de él. Pues este a su vez podrá tener más de una pareja…. Pero, ¿cómo?... además él nunca antes había tratado a una mujer. A pesar de sus primeros pensamientos, pasa toda la semana encerrado en el seminario, pensando… En ella.

Una semana después Julia regresa de su inconfesable viaje, dentro de su orgullo espera que Moisés lo busque, pero esa noche no pasa nada… simplemente no va, a la mañana siguiente tampoco, la muchacha tan acostumbrada a sentirse el centro de atención de él, con un pretexto cualquiera va al seminario y lo busca)

La muchacha va ataviada con un minivestido con cuadros en la falda estilo escoces, unas mallas agujeradas de color negro y unas botas de estilo militar del mismo color. En su maquillaje predominan los colores purpura y negro. El encargado de la escuela episcopal la mira y se rehúsa a dejarla entrar.

Pero ella, rebelde como siempre ha sido, se espera para la noche y logra entrar a hurtadillas por la tan elitista escuela sacerdotal, se inmiscuye en el cuarto de Moisés y lo ve dormido, entra con cautela, su osadía va mucho más allá, mete su mano por debajo de su cobija y comienza a acariciar su entrepierna para de ahí pasar a su parte intima.

El joven comienza a murmurar, despierta y ve los hermosos ojos negros de la chica de sus sueños.
¿Qué haces aquí? —Pregunta sobrecogido por la sorpresa y el susto.
Solo vine a visitarte.
No quiero verte después de la manera tan fría como te portaste conmigo la otra vez.

Pero como ella no deja de tocar su miembro, la excitación le gana. Él de inmediato comienza a tocarla, hacen el amor de una manera tan apasionada y salvaje, que por un momento olvidan que están en el singular colegio. ¿O acaso lo recuerdan más?

Pasa media hora aproximadamente y el muchacho le dice:
Ahora debemos de preocuparnos por tu salida.
No te preocupes, poco me importa lo que piensen los de tu religión.
¿Qué religión tienes?
Ya te lo había dicho antes…. Mi religión es mi propia persona.
No te creo, yo sé que tú tienes alguna creencia pagana, a veces creo que hasta mística — ¿Cómo lo sabes?
Simplemente cuando estoy contigo te observo, soy bueno para los detalles — dice con una risilla y en eso procede a hacerle el sexo oral.
Espérate…

Los dos están abrazados y platicando en la pequeña cama del seminarista:
Julia gracias por venir, quiero que sepas que de verdad me interesas, cada vez me gusta más estar contigo.
Sí pero quiero que estés seguro de esto; Yo no creo en las religiones, para mí la divinidad es algo que lo lleva cada persona muy dentro de sí mismo…. No busques que todos crean lo que tú eres… Deja a cada uno que sea lo que es….
Me gusta como piensas, déjame conocerte más a fondo.
Pero, y si me críticas o te asustas.
Te prometo el mejor de los respetos y la mayor de las discreciones.
Y al decir esto se besan


Ella se va… las horas siguen su curso, y ninguno de los dos muchachos pueden concentrarse en sus cosas:
«Temo que esto se empieza a salir de mis manos» Piensa la joven Julia. «Antes, para mí todo era un juego» en cuanto a Moisés todo esto le resulta tan difícil… acostumbrado a ver todo de acuerdo a la religión que sus padres le impusieron. Y con las ideas de que todo lo anticatólico era malo… pero ahora… Moisés sabe que está arriesgando mucho, sin embargo parece que no le importa, no sabe qué pensar, en su mente solo esta Julia.

Aprovechando un receso se sale del lugar y va hacia la cabaña de la mujer que ahora se da cuenta ama.

Llega y no la ve— Tal vez es demasiado pronto —.Se decide a esperarla unas horas. Ya es de noche y ve que no ha llegado —No ha de tardar— se dice, la noche avanza, ya muy próxima a la madrugada. Él, muy preocupado, sale y después de caminar un par de horas va a un club nocturno de rock, en donde por sus costumbres sabe que frecuenta.

Entra, busca a través del humo y la media luz su silueta, camina por todos los lados que puede. Por fin al voltear a la pista de baile, la descubre bailando muy cerca de un muchacho. Los celos lo invaden, no lo piensa dos veces, va hasta ella y le grita — ¡Ven conmigo! —Pero ella, que parece estar bajo la influencia del licor no le hace caso.
¡Vete de aquí, seminarista!— él como toda respuesta, la besa dentro del lugar lleno de gente.
Si con esto no te das cuenta de que de verdad me importas no se con qué más lo hare. Ella se queda sin poder articular palabras, pero Moisés no está venciendo sus paradigmas por nada. La toma de la mano y, jalándola, la saca del salón de baile
¿Qué estás haciendo? — Pregunta sorprendida
Él cómo toda respuesta, le da un gran beso —Te amo— y la abraza.
Pero yo a ti no— se intenta soltar— lo nuestro es solo un juego sexual.
Eso no es cierto porque me he dado cuenta de cómo me miras, de tus besos, de cómo me haces el amor. De cómo te arriesgaste por ir al seminario.
Mentira— y le da la espalda.
Julia ¿Qué te pasa?—.
Está tu religión que tanto odio.
No... Lo que pasa es que tienes miedo de enamorarte.
Sí…— Dice por fin vencida—.Sé que tus creencias nos separaran y algún día me abandonaras, los sacerdotes no pueden tener vida marital, y estar contigo me condenara a la soledad y el ocultamiento.

El muchacho permanece mudo mirándola.
¡Ves! —Ella está por irse pero él la toma de la mano —.Antes me importaba la religión, ahora sé que me importas tú. Déjame conocerte, qué es lo que tú haces, lo que sientes. Déjame buscar una solución para todo esto.
Lo mira detenidamente y le dice — ¿Me prometes que no me decepcionará?
Te lo juro, y sabes que yo no lo hago en vano.

Caminan por un par de horas y pronto llegan al hogar de la chica: —Aquí es donde yo hago lo que soy, en realidad ves ante ti a una estudiante de Gnosticismo, pero que en estos momentos inspecciono los poderes de la noche y los ambientes pesados, reconozco que en un tiempo te utilicé, pero después, desgraciadamente me atrajiste de verdad. Desafortunadamente eres muy diferente a mí y por lo mismo a veces me porto arisca contigo.
Yo te quiero, quiero que estés conmigo.
Aunque se tan diferente a ti ¿Aunque la sociedad te condene?
No tiene por qué condenarme si hago lo correcto.
Aun no sabes cómo son mis creencias, siempre tan rechazadas por la sociedad “común”. Además hoy en día todo se ha vuelto muy cómodo y maleable. Propenso a la corrupción. Incluyendo al clero y al gobierno.
Vamos por pasos y deja de preocuparte por el exterior ¿De acuerdo? —La abraza.

Los días siguen pasando, Julia y Moisés están tomando mejor su relación de lo que creían…. Él por su parte ya no piensa mal de las actitudes de Julia… al contrario comienza a entenderla y en algunas cosas la ayuda.

Un día ella le dice —Ven, vamos a un lugar al que nunca te había llevado—. Se encaminan un rato por senderos del bosque no antes vistos. Por fin se meten a una cueva:
Mira este pequeño altar.
¿Qué es?
Es una ofrenda a… alguien que me cuida.
Pero no es alguien malo.
No… es un espíritu del bosque, cuando me concentro puedo platicar incluso con él.
¿Qué eres en realidad?
Ya te dije que estudio de manera particular la gnosis. Pero no importa lo que hago… al final lo trascendental es lo que soy.
Pero…
Todo en la vida puede ser buena o mala, todo depende lo que hagas con ella— Diciendo eso, le pone unas flores blancas

Ella parece orarle a esa deidad. Después se pone en plan de meditación y el chico contempla todo en silencio. Mira con asombro a esa mujer. Si sus padres supieran todo lo que él hace, los decepcionaría, pero el mundo de Julia lo agrada cada vez más

De pronto ella se para y va a besarlo….
Espera, estamos frente a tu Dios.
Si… lo sé, por él lo estamos haciendo.
¡Pero esto es sacrilegio!
¡No! El sexo es sagrado, si lo sabes respetar y cuidar… — Diciendo esto lo sigue besando. Moisés no sabe qué pensar pero por fin cede.

La timidez se transforma en deseo ¿Qué más podrá enseñarle tan singular mujer? Quiere besarla y poseerla otra vez… la muchacha lo sabe, le gusta mucho y hacer de todo un poco. “Además es una ofrenda para su Diosa”, así que juega a coquetear un poco con él, lo acaricia una manera muy sensual, pero trata de no caer mucho en la perversión…. Por fin la está penetrando… siente que ya no aguanta más cuando ella le dice:
Detente.
Si te lastimé, lo hare más despacio— dice extasiado.

Pero ella pone su mano en el vientre y le dice—Concéntrate en ti mismo, relájate, medita, siente cómo la energía sexual en lugar de salir se transmuta por tu interior.
Necesito eyacular dentro de ti mi amor.
¡No! Detente— presiona vientre y le dice —Pon atención a ti mismo, haz lo que te digo y ahorita aprenderás muchas cosas.

El joven sorprendido e imaginando que tendrá un placer sexual mucho mayor decide hacer caso a las instrucciones de su pareja, se relaja y comienza a hacer lo que le pide.

Medita, se concentra en su energía sexual y siente cómo poco a poco su fuerza viaja por su interior, transitando por sus conductos de plata, por el caduceo de mercurio. Una gran fuerza se apodera de él…. Es algo inexplicable, pero siente a la vez una gran fuerza que lo calma y le hace ver... ¿La luz? Sin necesidad de eyacular… pasan minutos y sensaciones nuevas se apoderan de él…pasan… pasan… siente que se llena de energía. De algo muy extraño pero que le encanta.

¿Qué pasó? — Pregunta preso de una gran calma.
Solo has transmutado tu energía sexual
Pero, ¿Cómo? Esto fue increíble. Ojalá y todo el mundo pudiera hacer esto, ¡Yo!
No lo digas, nadie te creerá, esto es solo para iniciados, solo para gente culta. Confío en ti, te acabo de confesar algo muy propio y sagrado…— Hace una pausa y lo mira a los ojos— Sé que no me decepcionarás. ¿Verdad?

Él, como toda respuesta, la abraza y sella su pacto con un beso— Si tú me lo pides te prometo que nadie lo sabrá. Se visten y tomando su mano salen de la cueva —Estoy haciendo cosas contigo que antes me parecían muy extrañas. Cada vez me alejo más de Dios.
No, al contrario. Cada vez te acercas más a la verdadera divinidad.
¿Esto viene siendo parte de una secta?
Esto es Gnosticismo sagrado, solo muy pocos lo conocen… Esto no es ni religión. Ni secta ni una creencia… Es solo un estilo de vida.
¿Pero y la música metal? Sinceramente no creo que sea misticismo.
Y no lo es, esto es solo gustos profanos y bastantes terrenales que yo tengo, solo es una manera de mostrar mi rebeldía.
Ya vas dejando de ser una extraña para convertirte en alguien muy importante para mí.
Tú también ¿Y si dejas tu iglesia? Y te vienes conmigo

Moisés se para en seco y la mira a los ojos:
Lo que me pides es…. No puedo decepcionar a mis padres de esta manera.
Pero ya no eres tú mismo, lo sentí hace unos minutos. Además si te vas con estarías pecando de hipócrita.
Julia lo que me pides es muy fuerte.
Yo lo sé, pero no puedes dudar que nos amamos.
Claro que sí, y con locura, pero antes yo solo quería ser sacerdote y…— Los dos se miran y él percibe su gran tristeza— Pero… Ahora contigo todo es diferente. Déjame pensarlo.
¡No! —Replica ella con decisión— Comprendo que conmigo todo es sexo fácil y sin complicaciones, pero no quieres perder nada de lo que eres ¡Vives la vida muy cómoda!
No, Julia espera, tenemos una relación…. Pero lo que me pides es muy fuerte, solo dame unos días para ordenar mis ideas.

Pero la muchacha no le hace caso y corriendo se pierde entre los árboles, el “aspirante a sacerdote” quiere seguirla, pero no logra ver nada. Por fin se para ya completamente exhausto.
¡No era eso lo que quería decirte! Lo juro…— Hace una pausa para tomar aire— pero que estoy diciendo, si ella ya no me escuchó.

Los siguientes minutos. Las horas posteriores, los días…. Las semanas subsecuentes le parecieron muy difíciles para él….
Es insoportable para mí estar sin ella— Se lo dice para sí mismo….

Todo lo que hace es recordar los momentos que estaban juntos, su música, sus ideas, ¡Su peculiar manera de ser!

Ha intentado buscarla varias veces, pero no logra dar con ella…. Hasta que un día, decide dar el todo por el nada. Sale del seminario y va afuera de su cabaña: —No me moveré hasta que ella venga— Se dice. Pasan las horas y el cansancio lo quiere poner en somnolencia, ya es media noche y no llega, pero él sigue ahí… tres de la mañana y sigue sin llegar, dormita en su puerta… Seis de la mañana, y de pronto escucha unos ruidos.
¿Qué haces aquí? — Es Julia quien se sorprende al verlo.
Quiero hablar contigo.
No creo que haya mucho que decirnos.
TE AMO… Tú me has enseñado a vivir…
¿Pero y tu fe?
Contigo he sido mucho más feliz que todo ese tiempo de opresión de la iglesia. Si tú me aceptas como tu pareja dejare el seminario.
Pero. ¿Y tu familia?
Tendrán que aceptar… Sino que se busquen otro hijo.
Estás mintiendo.
No, claro que no, déjame demostrarte que digo la verdad. En todo este tiempo has de haber visto que no me gusta mentir.

Ahora ella es la que se queda callada y él quien le besa los labios— Enséñame tu mundo, tus creencias, quiero vivir lo que tú vives
Sera difícil.
Lo sé, pero es mucho peor estar sin ti.
Se meten a su cabaña y ella le muestra su lugar espiritual, el lugar donde cocina y duerme — Aunque es rústico, es lo único que necesito para vivir
¿Solo eso necesitas?
Los lujos y demás de los hombres de hoy, solo sirven para aturdir los sentidos. Solo vuelven tontos a uno.
¡Eres increíble! No me importaría que a partir de ahora nadie supiera de mí.

Los dos se dieron un inmenso beso…
¿Y?... Lo demás aún no se ha dicho.




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