El sector 593K es región de destripaterrones palurdos, que intentan pagar la mercancía -fruto del botín de algún pillaje- con una mísera zanahoria o un par de patatas, por eso la vieja alcahueta al frente del negocio sonríe al forastero mostrando sus encías, como si hubiera encontrado un filón. El cliente escudriña la chatarra del desguace y encuentra lo que busca para reparar las telecomunicaciones de su vehículo: un transmisor Ep-3 de radiofrecuencia alfa.
Inmóvil en mi rincón veo que el regateo se prolonga hasta que el extranjero parece haberse fijado en mí y me señala.
-¿Y eso? –pregunta extrañado-. Creía que tras la guerra contra la secta terrorista Pro-Castidad Radical, ya no quedaba ninguna.
-Toda suya, caballero, si accede al pago de los veinte mil dineros por el transmisor. Considérelo una dádiva generosa por su compra. Está algo maltrecha –advierte la vieja-, pero seguro que un caballero hacendoso como usted sabe cómo sacarle partido –y se ríe haciendo un gesto soez.
-Está desnuda. Necesitaré algo de ropa para poder llevármela.
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Estoy sobre una esterilla acolchada. El hombre pasa la esponja enjabonada por mis pechos y mis pezones se endurecen. Sus manos son suaves y limpia mi cuerpo con delicadeza.
-Estás despierta, ¿verdad? Soy el Capitán Hans y estás en mi nave. Pertenezco a la unidad de reconocimiento de la brigada 45. ¿Te sientes bien?
Imposible describir cómo me siento, sólo sé que estoy mojada. Y eso le digo con voz ronca.
-Claro que estás mojada, te estoy lavando –responde con una sonrisa mientras sus dedos rozan de nuevo mis pezones.
-No, no es eso. Es aquí –me llevo la mano a la entrepierna, introduzco un dedo y se lo muestro, luego me humedezco los labios. El hombre contiene la respiración mirando mi boca y mi lengua.
-¿Has… has estado con un hombre alguna vez? Ya sabes… Tú…
-No, nunca -sus ojos no dejan de recorrer mi cuerpo desnudo y finalmente se decide a hablar.
-Yo… sólo quiero que me chupes la polla. ¿Lo harías?
Asiento con la cabeza.
El extremo humedecido roza mis labios. Saco la lengua y lo lamo. Se la chupo como él me indica: más adentro, más rápido, trágatela toda… Sus dedos no cesan de tocarme y estoy cada vez más mojada. Me pide que abra las piernas… Su polla irrumpe dentro de mí... Una súbita corriente intensa invade mi organismo y provoca que cada fibra de mi ser se sacuda… mis ojos se ponen en blanco y tras un agudo lapsus, me recobro.
Ya estoy despierta.
Mis manos se encajan a ambos lados de la cabeza del hombre que jadea sobre mí y oigo el crujido de su cuello al quebrarse. La penetración ha activado el software oculto en mi sistema cibernético. Ahora mis instrucciones son eliminar a tantos enemigos de la causa pro-castidad como me sea posible.
Me quito de encima al hombre muerto. No lo lamento. De hecho, no siento nada. Los Cyborg no sentimos, simplemente actuamos en función de nuestra programación.
El despertar. GatitaKarabo Categoría: Hetero: Primera vez | ||
Me encontraba en estado de espera hasta que llegó él y me hizo despertar. |
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