Juliaki expone un relato basado en una conversación telefónica de una novia contando su despedida de soltera.
Cuando mi novia me llamó por teléfono para contarme su despedida de soltera, pensé que iba a decirme lo bien que se lo pasó, pero no otra cosa bien peor.
- Hola preciosa, ¿que tal todo?
- Bien.
- Te noto muy callada. ¿Qué pasa cariño?
- Nada...
- Vamos nena, dime... ¿que ha pasado? ¿no salió bien la fiesta?
- Sí.
- Laura, dime, por favor. ¿Ha pasado algo en la despedida?
- Pues si.
- Cuéntame.
- Pues ya sabes, vinieron todas las chicas, Carol, Mónica y Belén...
- Si, ya vi esta mañana que había un montón de vasos en la cocina. Bebísteis a base de bien.
- La verdad es que no controlé mucho la bebida.
- Ya sabes como te pones, preciosa, que el alcohol te sienta mal.
- Si.
- Bueno, ¿qué más?
- Pues eso, estuvimos cenando todas juntas en el salón, sacaron las típicas bromas de despedida y luego estuvimos tomando unas copas, riendo, contando chistes, hablando de tíos, ya sabes...
- Me imagino.
- Entonces me dijo Belén que me tenían preparada una sorpresa muy especial. Un regalo extra.
- ¿Qué era?
- Eso les decía yo,que me dijeran lo que era, pero nada. Se reían entre ellas, se intercambiaban guiños cómplices...
- Y tú sin enterarte.
- Nada de nada. Después me pusieron una venda en los ojos y entre risas empezaron a quitarme la blusa.
- Jajaja, vaya con tus amigas.
- Sí, al principio reíamos, porque yo no veía nada y ellas se estaban divirtiendo mogollón.
- ¿Tú no?
- Sí, claro, pero no sabía de que iba aquello, cuando una de ellas me quitó la falda, me quedé en ropa interior.
- Vaya, vaya... jeje.
- Me pasaron una pluma o un pincel fino, por todo el cuerpo y me hacía muchas cosquillas. Yo reía, pero cada vez que intentaba quitarme la venda de los ojos, ellas me lo impedían.
- Claro, así son las sorpresas. Sigue, me tienes intrigado.
- Pues a continuación no contentas con eso, me quitaron el sujetador y el tanga, dejándome desnuda por completo.
- ¡ Ostras ! Esto se pone interesante.
- No creo que te resulte tanto, cariño.
- Vamos mujer, que somos mayorcitos, son bromas de amigas, no me voy a escandalizar.
- Espera y verás.
- Bueno, anda, sigue.
- Siguieron con sus caricias, vaciles y risas, hasta que me dijeron que me pusiera de rodillas sobre la alfombra. Después me hicieron tocar algo que no adivinaba que podía ser.
- Pero ¿cómo era?
- Pues era como un bulto, algo que estaba metido en una tela, pero yo no caía. Era duro y suave, algo rígido, dentro de una tela.
- Y tenías que adivinarlo.
- Pues si, después de tocarlo ya imaginé que estaban intentando hacerme parecer que estaba tocando una polla bajo un calzoncillo o algo parecido.
- Y era una salchicha o algo que habían metido ellas en una tela, ¿no?, jejeje.
- Eso creía yo al principio, pero estaba equivocada, cuando retiraron la tela y toqué aquella cosa en vivo y en directo.
- Bueno, ¿y qué era entonces?
- [Silencio...]
- ¿Qué pasa nena? Dime, ¿que era eso que tocabas?
- Una polla.
- Jajajaja... ¡una polla! ¿de esas de pega?
- No, era una polla de verdad.
- [Silencio...]
- ¿Me has oído Pedro?
- Si, pero ¿cómo que era de verdad, joder?
- Pues de verdad y... enorme.
- Joder, joder, joder.
- La solté en cuanto noté su tersura, esa dureza, las venas que recorrían toda su longitud.
- Ya imagino. Vaya flash.
- Pero mis amigas insistían, que la tocara, que no pasaba nada,que no mordía y que palpase su tamaño.
- Y no lo hiciste, claro.
- [Silencio...]
- No lo hiciste, Laura...
- Bueno, ellas reían, todo parecía divertido, pensé que habían contratado al boy para divertirnos, entonces, me llevaron mi mano otra vez a tocar esa cosa.
- ¿Y?
- La toqué, cariño, al principio bastante cortada, retiré la mano en un par de ocasiones, porque veía que no podía ser, que no quería hacerlo.
- Joder, claro.
- Pero algo me empujaba a volver a tocarla, ellas y algo dentro de mi, me decía que tenía que acariciarla.
- ¡Hostias!
- El caso es que yo quería retirar la mano de aquella enorme verga, pero es que parecía crecer en mi mano, bueno, mejor dicho en mis dos manos, porque era gigantesca.
- Estoy flipando, Laura. Si es una broma no tiene gracia, ¿eh?
- Que no. Yo también estaba flipada, cariño, pero cuanto más la tocaba, y veía esa dureza, notaba que era una cosa preciosa, que nunca había podido tocar.
- Nena, coño, ya tocas mi polla bastante, ¿no crees?
- Si, amor, pero es que...
- ¿Es que qué?
- Pues que esa polla era deliciosa.
- ¿co..cómo que deliciosa?
- Sí... es que, ellas me dijeron que la chupara.
- ¡No!
- Eso dije yo, que no, pero es que ellas me empujaban la cabeza, mientras mi mano se aferraba a ese rabo notando esa dureza, hasta que su capullo tocó mis labios.
- ¡Dios!, ¡Nooo!
- Joder, Pedro, es que no te imaginas, cuando ese glande tocó mi lengua y abrí mis labios, nunca había sentido nada parecido.
- ¿Pero qué dices Laura? Supongo que ya no te acordabas de cuando me la comes a mi.
- Es que era distinto cariño. Ese glande era gordo, esa polla era larguísima, esos huevos tan duros...
- Eres un pedazo de puta, ¿sabes?
- Lo siento cariño, pero algo por dentro me impedía seguir, sabía que estaba mal.
- Pero no te detuviste, hija de puta.
- No, mi amor, no podía dejar de mamársela, era la cosa más rica del mundo, estaba algo bebida, alentada por las zorras de mis amigas, cachonda por la situación.
- Joder, pero podías haber pensado en mí.
- No dejaba de pensar en ti y en que en menos de una semana nos casábamos.
- ¿Entonces?
- Pero aquella cosa era una auténtica pasada, mi lengua la envolvía, mis labios la apretaban como si fueran a robármela, mis amigas aplaudían.
- ¡Qué zorra puedes llegar a ser!
- De mis ojos salían lágrimas, sabía que era una locura. En un momento me levanté y les dije que no, que no podía ser, que te quería..
- Joder, menos mal que al final te entró la cordura, eres la hostia.
- Eso creía yo, cuando ellas decían que no desaprovechara la magnífica oportunidad, que era la cosa más grande que podía soñar, que después me casaría y esto solo sería un juego.
- Y te negaste, ¿no?
- [Silencio...]
- ¿Te negaste, nena?
- No pude amor, era todo demasiado para mí, cuando ellas me empujaron y mi cuerpo quedó pegado al de ese hombretón, no pude centrarme,no podía escapar de sus brazos, de sus caricias por todo mi cuerpo.
- Joder, podías haberte ido sin más.
- Eso es fácil de decir, cariño, pero ese cuerpo tan musculoso que tocaba con mis manos, con mis pechos, esa polla enorme a la altura de mi ombligo. No lo veía con mi venda en los ojos, pero notaba que estaba buenísimo, un tío impresionante, cachas, con una polla enorme...
- Creo que me voy a desmayar.
- Cariño, eso me pasaba a mí, estaba completamente ida, cuando ese chico, me cogió por el culo, y me llevó en volandas con suma facilidad, debía medir casi dos metros y yo era una muñequita a su merced.
- Una putita, eso es lo que eres. Una putita de las que no hay. ¡Joder!
- Lo siento cariño, no pude ceder, cuando me tumbó en nuestra cama y...
- ¿En nuestra camaaaa?
- Si, amor, yo no sabía ni donde estaba, solo notaba su lengua comiéndome el coño con un arte fuera de lo normal.
- Hija de puta. ¡Te comió el coño!
- Cuanto más intentaba empujar su cabeza para que se alejara de mí, para que parase, su maravillosa lengua atacaba mi raja sin cesar, con una forma de comerme el coño, como nunca antes nadie lo había hecho.
- ¡Que cerda, Dios!
- Si, lo sé, pero es que era increíble.
- ¡En nuestra cama!
- Lo peor es que no quedó ahí, cuando noté que ese cuerpazo se incorporaba y se ponía sobre mí, me arrastró hasta el cabecero de la cama y me insertó su pollón hasta el fondo.
- Joder. ¡Nooo!
- Yo creía morirme de gusto, nunca me había sentido tan llena, con esa preciosa polla de la que todavía guardaba gusto en mi lengua, estaba entonces follándome lentamente al principio y bestialmente después. Estaba en la gloria.
- ¿Pero como no pudiste parar, so zorra?
- Por todo mi amor, porque era un desconocido, porque me parecía un juego, porque estaba bebida, porque follaba como los ángeles, porque su polla era divina...
- Dios, esto es muy fuerte nena, debe ser una broma.
- Ojalá lo fuera, pero era tan real, que no quería que acabase nunca de follarme. No podía verle la cara pero imaginaba que era guapísimo, aunque eso era lo que menos me importaba en ese momento.
- Solo pensabas en follar con ese cabrón, guarra.
- Pues sí, pero es que lo hacía genial, que en pocos minutos me corrí como una perra.
- Como lo que eres.
- Y él a continuación, sacó su enorme verga, se acercó a mi cara, apuntó a mi boca...
- ¡No!
- Sí, mi amor, me embadurnó con múltiples chorros por toda la cara, la nariz, la boca.
- Joder, nunca me dejaste hacer eso, puta.
- Pero en ese momento, estaba anonadada con todo, y los chorros de semen chocaban contra mis dientes, contra mi lengua y me lo tragué, aunque no lo creas.
- [Silencio...]
- Cariño, es que no te puedes imaginar, como se recuperó y volvió a cogerme en volandas, me llevó hasta el borde la cama y me hizo sentarme a horcajadas sobre él.
- No te conformaste con un polvo.
- No podía, necesitaba insertarme esa polla de nuevo, quería cabalgar sobre ella una y otra vez. - Y así lo hice, hasta correrme varias veces, no se cuantas, solo se que disfruté como nunca. Cuanto más lo pensaba, más puta me sentía, más me gustaba... gocé como nunca, mi amor.
- [Silencio...]
- Cariño, ya sé que no podrás perdonarme, sé que te sientes mal, se que soy una zorra... cariño … ¿cariño? ¿estás ahí?
- [bip, bip, bip, bip....]
Juliaki
2011
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